domingo, 27 de septiembre de 2009

CONSTRUCCIÓN DE UN SISTEMA DE INVERSIÓN

En primer lugar se formula una serie de hipótesis sobre la
forma en que se mueven los precios en los mercados. Supongamos,
por ejemplo, que un inversor formula las siguientes
hipótesis:

a) Los mercados se mueven formando tendencias alcistas
y bajistas.
b) Cuando un mercado se encuentra en una tendencia alcista,
lo más probable es que el precio siga subiendo en
las siguientes sesiones; si la tendencia es bajista, lo más
probable es que el precio siga bajando.
c) Puede deducirse razonablemente que comienza una
tendencia alcista cada vez que el mercado sube más de
un determinado porcentaje en una sola sesión. Igualmente,
se puede considerar que el mercado comienza
una tendencia bajista cada vez que experimenta una
bajada superior a un cierto porcentaje en una sola sesión.
d) Una vez que el mercado ha comenzado una tendencia
alcista, se considera que ésta continúa en vigor en
tanto el mercado no experimente una bajada mayor
de un determinado porcentaje en una sola sesión. Lo
contrario puede aplicarse para el caso de una tendencia
bajista.

2. El paso siguiente consiste en construir, si esto es posible,
algún tipo de fórmula que explicite o detecte, basándose
en las hipótesis que se hayan enunciado, las distintas fases
del movimiento de los precios. Siguiendo con el ejemplo,
imaginemos que el inversor construye una fórmula que le
permita calcular cuál ha sido la variación porcentual del
precio de un activo en el transcurso de una sesión. Este
tipo de fórmulas, a menudo denominadas «indicadores
El éxito en los sistemas de inversión 163
técnicos», y sus resultados suelen representarse gráficamente
para poder apreciarlos con mayor claridad.

3. En tercer lugar se construye un «sistema» basado en dicho
indicador y en una serie de reglas sobre su utilización,
En nuestro ejemplo, el sistema podría consistir en las siguientes
reglas:
a) Comprar cada vez que el precio sube más de un determinado
porcentaje (medido con la fórmula anterior).
b) Vender cada vez que el precio baje más de dicho porcentaje.

4. A continuación se simula el comportamiento que hubiese
tenido dicho sistema si se hubiese aplicado en un determinado
mercado durante un cierto período de tiempo pasado.
Supongamos, por ejemplo, que el inversor simula
los resultados que habría obtenido en ese período si hubiese
comprado cada vez que el mercado hubiese subido
más de un 3%; y hubiese vendido cada vez que el mercado
hubiese bajado más de ese 3%.

5. Según los resultados de dichas simulaciones, se modifican
los parámetros de los indicadores (por ejemplo, se prueba
qué hubiese sucedido si el porcentaje de variación fuese
del 4% en lugar del 3%). o incluso los propios indicadores
y reglas utilizadas en el sistema, entrándose en un proceso
de «optimización». En el caso anterior, el inversor podría
haber investigado, por ejemplo, qué resultados habría obtenido
si las compras y las ventas las hubiese realizado
después de una subida o una bajada, respectivamente, de
un 4%, en lugar del 3% inicialmente probado. O también
podría haber investigado qué resultados se hubiesen obtenido
si la regla aplicada hubiese sido comprar o vender
cuando el mercado variase más de un 3% a lo largo de dos
sesiones, en lugar de a lo largo una sola sesión. El proceso
de pruebas podría seguir hasta el infinito.

Finalmente, el inversor dispone de un sistema que, habiendo
sido probado para varios mercados distintos y en varios períodos
diferentes, ha demostrado generar unos rendimientos satisfactorios
después de descontar los costes derivados de las transacciones.

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