domingo, 16 de agosto de 2009

Mejor Práctica Nº 5

Controlar la Ansiedad

“La timidez producto de los fracasos pasados lleva a los inversores a perder las oportunidades más importantes de los mercados en alza.”
Walter Schloss

“Si desea evitar la montaña rusa de la preocupación, no verifique los precios de las acciones en el periódico todos los días. ¿Con qué frecuencia verifica el valor de su vivienda?”
Robert H. Thomas, Wall Street Wit & Wisdom

“El mayor obstáculo al éxito en sus inversiones lo está mirando fijamente desde el espejo”, William J. Bernstein en The Four Pillars of Investing.

Como en cualquier actividad humana, la inteligencia por sí sola no es suficiente para ser un inversor exitoso pues esto requiere, entre otras cosas, determinación y disciplina por parte del inversor para atenerse a una estrategia de inversión predefinida, a pesar de las constantes fluctuaciones de los mercados. Sin embargo, como muchos inversores saben, esto no es muy sencillo de lograr.

La principal premisa de la ciencia económica es que las personas siempre toman decisiones racionales para satisfacer sus propios intereses. La realidad es que los inversores no siempre toman decisiones racionales. La Teoría del Comportamiento Financiero (Behavioral finance) estudia cómo la naturaleza humana induce a los inversores a tomar decisiones financieras y económicas irracionales.
Esta teoría sostiene que las decisiones de muchos inversores se ven fuertemente influidas por características del comportamiento humano, como la atracción por las modas, la aversión al riesgo e incluso el entretenimiento. Comprender la vulnerabilidad psicológica de los seres humanos puede ayudar a los inversores a evitar errores de inversión extremadamente comunes.

Los mercados pueden comportarse de manera no racional a corto plazo, pero a largo plazo siempre terminan siendo racionales. Ninguna persona ni ninguna técnica ha sido capaz de predecir en forma regular la dirección que el mercado tomará en el futuro.

Modas.
En el ámbito de las inversiones, las modas pueden ser peligrosas.
Por ejemplo, las acciones de las empresas de Internet a mediados de 1990. Los bienes raíces, el oro y las acciones japonesas en la década de 1980. En todos los casos, la caída fue dura.

Es muy probable que un título o cualquier otra categoría de activos que sea tema de conversación, esté sobrevaluado por la simple razón de que ya lo compraron demasiados inversores. Nadie puede anticiparse a los movimientos del mercado de manera sistemática a lo largo de los años, y de nada sirve contar con información que todos conocen.

En los momentos en los que todos invierten en un determinado tipo de título o categoría de activos, los inversores deberían atenerse a sus políticas predefinidas y hacer un verdadero esfuerzo para evitar caer en la tentación de seguir a las masas.

Exceso de confianza.
Sin duda, el exceso de confianza tiene algunas enormes ventajas en muchas actividades humanas, pero no en el mundo de las inversiones. Es uno de los errores de comportamiento más graves que puede cometer un inversor.

Muchos inversores, en particular los profesionales, tienen un exceso de confianza en su habilidad para seleccionar las mejores acciones, bonos o fondos comunes de inversión en los cuales invertir para ganarle al mercado. Ningún inversor o fondo común de inversión lo ha logrado en forma regular. La selección de títulos o fondos comunes de inversión sobre la base del desempeño pasado no es una práctica útil.

Los inversores que compran y venden los títulos de la cartera con frecuencia obtienen invariablemente menores retornos que aquellos inversores que compran y mantienen sus activos en cartera (buy-and-hold investors) y que tienen una cartera bien diversificada y una clara estrategia de inversión a largo plazo.

Recency.
La mente humana tiende a proyectar a futuro la situación actual de su entorno: si la situación es buena, piensa que seguirá así para siempre. Y viceversa. Los inversores sienten que una euforia en los mercados de inversión va a continuar para siempre. Y, por el contrario, que una crisis también se extenderá mucho en el tiempo.

Aversión a la pérdida.
En el estado de naturaleza en que vivían nuestros antepasados hace miles de años, la supervivencia requería de la habilidad para concentrarse en los riesgos del momento más que en capacidades estratégicas a largo plazo. Pero en las sociedades modernas, en especial en el mundo de las inversiones, la concentración visceral en el corto plazo tiene relativamente poco valor.

La Teoría del Comportamiento Financiero denomina a la característica humana de concentrarse en los peligros del momento como “aversión miope a las pérdidas” (myopic loss aversion). Este temor es lo que causa en los inversores más dolor cuando ( quizá momentáneamente) pierden el 20% de su patrimonio que cuando enfrentan la posibilidad más dañina de no alcanzar sus metas de inversión a largo plazo.

La aversión miope a las pérdidas también es lo que induce a los inversores a “limitar las pérdidas” (cut losses) de inmediato ante una variación negativa del mercado, y en consecuencia a abandonar sus estrategias de inversión a largo plazo.

Existen sólo dos buenas maneras para combatir casos graves de aversión miope a las pérdidas. Una es evaluar el desempeño de la cartera lo más esporádicamente posible –como hacen los propietarios con respecto al valor de sus viviendas– y la otra es mantener una gran proporción de efectivo en la cartera de inversiones.

La mayoría de los inversores experimentan gran ansiedad cuando enfrentan pérdidas repentinas e importantes en el valor de la cartera, sobre todo por no haber previsto que estas cosas de hecho ocurren y son parte de la larga historia de los mercados financieros.

“Para invertir exitosamente a lo largo de la vida, no se requiere un coeficiente intelectual (IQ) estratosférico, una agudeza inusual para los negocios, o información privilegiada. Lo que se necesita es un marco intelectual sólido para poder tomar decisiones y la habilidad de impedir que las emociones dañen ese marco”. Warren E. Buffet

“Siempre habrá mercados en alza seguidos de mercados en baja seguidos de mercados en alza.”
John Templeton

FIN

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